Para abordar este plano, no sólo es necesario referirse al lenguaje verbal sino también al no verbal. También es básico mencionar cuestiones tales como el desarrollo de la empatía y la Teoría de la Mente (ToM), mecanismo elemental en la comprensión de intenciones ajenas. Las personas transmitimos básicamente intenciones y el lenguaje es la principal herramienta en esa transmisión, pero no es la única. Hablamos con palabras acompañadas de gestos, de expresiones faciales, de entonaciones adaptadas a cada situación o estado de ánimo. La comunicación está compuesta por mucho más que palabras.
El papel de la empatía y de la ToM en relación con la pragmática
La empatía designa, en primer lugar la capacidad de compartir las emociones del otro. Pero la empatía emocional se une con la empatía cognitiva, que bordea la ToM y es la capacidad de comprender lo que siente y piensa el otro, como si uno pudiese ponerse en su lugar, continuando siendo uno mismo y respondiendo de manera apropiada. Ambos elementos, junto a otros componentes como la pragmática del lenguaje, entre otros conforman la cognición social, en la cual el sujeto pone en marcha su capacidad para “interactuar” con el entorno, dicha capacidad adaptativa puede ser denominada como “inteligencia social”.
El término Teoría de la Mente (ToM) es un término propuesto por Premack y Woodruff (1978) para referirse a las habilidades de explicar, predecir e interpretar la conducta en término de estados mentales, tales como pensar, creer o imaginar. Es la habilidad para atribuir estados mentales a sí mismo y a los demás. Su estudio se integra en el marco de la cognición social y del desarrollo sociocognitivo”.
Semiología de los trastornos pragmáticos
Los trastornos pragmáticos son recíprocos; es decir que cuando el niño exhibe un patrón comunicativo anómalo, su medio ambiente en general tiende a favorecerlo con el afán de sostener la comunicación aunque ese acto comunicativo no reúna las condiciones mínimas como para serlo.(…)
Existe otro dato relevante que sugiere que existen trastornos pragmáticos secundarios a dificultades en el lenguaje, y hay otros trastornos pragmáticos primarios. La pragmática es uno de los planos del lenguaje, junto con el semántico que no tienen período crítico en su evolución, es decir que es posible adquirir nueva información semántica y nuevas fórmulas sociales para el uso del lenguaje a lo largo de toda la vida sin embargo, el desarrollo de dichas habilidades depende de las funciones con período crítico como la morfosintaxis y la fonología, y en situaciones en donde no se ha podido desarrollar correctamente el código lingüístico, resulta complejo mantener un buen desempeño pragmático y de allí derivan los trastornos pragmáticos secundarios.
Las alteraciones pragmáticas se centran básicamente en la conducta de los niños. Si bien su manifestación ocurre en la expresión, los fallos son básicamente comprensivos y alteran la transmisión de intenciones.
Dentro de los síntomas que afectan a la comprensión se mencionan: la dificultad para decodificar preguntas con “que” o “QUIEN”, limitaciones en la comprensión de la entonación, en la decodificación de pronombres personales, literalidad en la recepción de los mensajes y fallas para comprender la ironía y el uso metafórico del lenguaje.
Dra. Verónica Maggio en “Enfoque neurolingüístico en los trastornos del lenguaje infantil” . Ed. Akadia.